En el punto más elevado de Solivella se encuentran los restos del castillo de los Llorac, fue el castillo palacio de la familia Llorac y domina gran parte del término.
Está documentado por primera vez en 1076 en un texto de donación. En 1424 el rey Alfonso el Magnánimo lo vendió a Ramón Berenguer de Llorac, casado con Violant, castellana de Solivella. Esta familia construyó, sobre el castillo primitivo, una nueva fortaleza de estilo gótico con elementos renacentistas.
Del castillo del gótico florido catalán, construido a finales del siglo XV y principios del XVI por los Llorac, quedan muros e indicios del sitial. El castillo era de planta rectangular, rodeado por una muralla de doble recinto. Las torres alternaban la planta circular y la cuadrada con almenas, saeteras y matacanes y tenía un patio central con escalera que conducía a la planta noble. El patio de armas se encuentra casi derruido. En medio del patio de armas se encuentra la antigua cisterna que se aprovechó para hacer de depósito de agua de la villa, tarea que todavía hoy realiza.
En la actualidad, el castillo como espacio visitable, se integra dentro del Museo Comarcal de la Conca de Barberà (MCCB). Está abierto los fines de semana con visita libre y gratuita pero también se puede realizar la visita guiada a Solivella donde se visita además del castillo, la iglesia, el Racó del Càntir, la muestra Pictórica SansArt y el Centro de Interpretación del Castillo .
