Del antiguo castillo de Passanant, situado en la parte septentrional del pueblo, en lo alto de una pequeña colina, sólo quedan restos que señalan el lugar donde fue construido. En 2008 se hicieron obras de restauración y adecuación del espacio, creando unas plazas y un recorrido muy visitado por sus espléndidas vistas .
De la antigua iglesia, documentada ya en 1150, cuando Ramon de Cervera la concede al cura Pere de Pinós, no queda nada. La actual iglesia dedicada a Sant Jaume es uno de los ejemplares barrocos más interesantes de la región. Empieza su construcción a finales del siglo XVII ya lo largo del siglo XVIII. Participó en su construcción el arquitecto barcelonés Josep Prat. En 1864 fueron pintadas las bóvedas con motivos florales, un friso con pinturas de apóstoles recorre toda la iglesia. Antes de 1936 había varios retablos, como el de San Antonio de Padua, obra del escultor sarralense Isidre Espinalt. Fueron destruidos durante la Guerra Civil. Se conserva, aunque deshecha y colocada en varios lugares de la iglesia, la reja de hierro que cerraba el presbiterio, construida en 1754. La parte más interesante de la iglesia es el camarín de la Virgen de Passanant, obrado a finales del siglo XVIII. Participaron en su construcción, el estucador italiano Mateo Pelosis, el pintor y dorador Johann Ketembaker, los doradores, Bernat Verdú y Pau Rubiol y el escultor montblanquín Josep Balard. Tanto la imagen de la Virgen como las diversas pinturas fueron destruidas en 1936. Lo único que se conserva es algunos altos relieves y algunos medallones.
También es interesante el antiguo horno de pan comunal, arreglado hace pocos años y transformado en un pequeño museo y sala de exposiciones.
